A principios de esta semana, se supo de una escalada planificada de las operaciones del ICE contra nuestros vecinos somalíes. Minnesota alberga la mayor diáspora de somalíes del mundo: la gran mayoría de ellos ciudadanos estadounidenses respetuosos de la ley o residentes legales permanentes. Tras días de retórica incendiaria y antisomalí, esta acción conmociona la conciencia de nuestro gran estado.
Esta última acción federal no tiene nada que ver con la seguridad pública ni con la aplicación de las leyes de inmigración, sino con atacar a la Minnesota fuerte, multirracial y multirreligiosa que hemos construido juntos a través de décadas de arduo trabajo y sacrificio compartido.
Estamos orgullosos de ser un lugar donde cualquier persona, ya sea que haya nacido aquí o haya elegido establecerse aquí, pueda echar raíces y construir un futuro mejor para su familia.
Los habitantes de Minnesota creen en el trabajo duro y en cuidarse mutuamente. Nos enorgullece ser un lugar donde cualquier persona, ya sea que haya nacido aquí o haya elegido establecerse aquí, puede echar raíces y construir un futuro mejor para su familia. Nuestra Minnesota moderna, con su economía resiliente y comunidades vibrantes, es el producto de nuestros antepasados y vecinos inmigrantes. La comunidad somalí, actualmente amenazada, ejemplifica esta historia. Con contribuciones únicas a la salud, la educación, el emprendimiento, la industria restaurantera, el periodismo, la política estatal y local, y prácticamente todos los sectores de nuestra fuerza laboral, hacen de Minnesota un lugar mejor y más fuerte.
Cuando se trata de inmigración, los habitantes de Minnesota esperan que todos cumplan las reglas, tanto los inmigrantes que vienen aquí y Los funcionarios gubernamentales encargados de hacer cumplir esas leyes. Queremos un sistema que mantenga nuestras comunidades seguras, respete el estado de derecho, proteja la frontera y obligue a los criminales violentos a rendir cuentas. Pero, en cambio, bandas errantes de agentes del ICE están deteniendo a nuestros vecinos según su lugar de nacimiento y apariencia, incluyendo a ciudadanos, residentes legales y sin antecedentes penales.
Que quede claro: McKnight se opone, con la mayor firmeza, a cualquier acción en territorio de Minnesota que separe familias, viole nuestros derechos constitucionales o recurra a la violencia contra civiles o las fuerzas del orden. Los minnesotanos no aceptarán la estrategia que se le vende a la nación: presentar a la población negra como una amenaza, a los inmigrantes como peligrosos, a los musulmanes como sospechosos.
McKnight se opone, en los términos más enérgicos, a cualquier acción en suelo de Minnesota que separe familias, viole nuestros derechos constitucionales o utilice la violencia.
Apoyamos a todos los que defienden pacíficamente a nuestros vecinos, nuestras leyes y nuestra convicción común de seguridad, dignidad y prosperidad. Innumerables organizaciones sin fines de lucro, fondos de ayuda mutua, líderes religiosos, organizaciones comunitarias y personas comunes trabajan incansablemente en este momento. El patriotismo no es pasivo. Los minnesotanos que decidieron protestar pacíficamente deben ser respetados en su derecho a hacerlo.
Ahora no es momento de quedarse al margen. Hemos visto lo que ha sucedido en todo el país y ahora sabemos que Minnesota no es inmune. Hoy, nuestros vecinos somalíes, y ya hemos visto a nuestros vecinos latinos, hmong y del sudeste asiático en la mira; mañana, podrían ser otros. No abandonaremos a nuestra comunidad. Y hacemos un llamado a los líderes, especialmente a aquellos con una plataforma o poder, para que defiendan a nuestros vecinos, nuestros derechos y la Minnesota en la que creemos.
