La presidenta de la Fundación McKnight, Tonya Allen, habló con Chanda Smith Baker en el podcast Conversaciones con Chanda. Compartió su historia personal, así como sus puntos de vista sobre el poder y cómo la filantropía puede afrontar este momento histórico centrando la justicia reparativa. Aquí hay algunos puntos destacados:
1. "El carácter te hace desmoronar, no el poder".
Mucha gente considera que el poder es corruptor, pero Tonya cuestiona esa noción y nos anima a no rehuir el uso de nuestro poder personal, institucional y colectivo para crear un cambio equitativo y significativo.
2. “Lo que la mayoría de la gente considera audaz probablemente sea necesario, por lo que no parece arriesgado... se siente como un elemento fundamental para lograr el cambio.”
Desde el cambio climático hasta la justicia racial, los desafíos que enfrentamos hoy requieren soluciones audaces e imaginativas. Tonya explica por qué ha aceptado ser una persona que toma riesgos y la importancia de sentirse cómoda con lo incómodo en el camino hacia una mayor equidad social.
3. "La filantropía es el amor de las personas".
Tonya conoció el concepto de filantropía gracias a su abuela, quien dio la bienvenida a los vecinos a su casa cuando enfrentaron dificultades y demostró cómo es nuestra responsabilidad colectiva amar y cuidar a nuestras comunidades.
4. “Sabemos que el las personas más vulnerables son las más afectadas, entonces ¿por qué nuestras soluciones no son realmente reparadoras, no simplemente equitativas?
La filantropía puede ayudar a crear las condiciones para una mayor equidad, pero requerirá que el sector sea más innovador. Las desigualdades sociales, como la brecha de riqueza racial, disminuyen cuando la filantropía invierte directamente en las personas y en las comunidades.
5. “¿Cómo puedo derribar tantas barreras como sea posible para que la gente pueda crear trampolines?”
Tonya comparte lo que la motivó a trabajar en filantropía y cómo, para ella, no se trata de dinero, sino de utilizar nuestro privilegio institucional para crear las condiciones propicias para el cambio. Ella alienta a las fundaciones a salir de sus zonas de confort, combinar la línea entre filantropía y comunidad, y organizar a quienes están fuera del sector sin fines de lucro para encontrar soluciones duraderas.
6. “Nos vemos obligados como país a enfrentar este problema racial, pero solo tenemos un corto período de tiempo”.
Mientras analiza el ajuste de cuentas racial y los disturbios civiles en Minneapolis y Saint Paul, Tonya reflexiona sobre su trabajo en Detroit durante la Gran Recesión y enfatiza que tenemos una ventana de oportunidad para realizar un cambio transformador, pero se está cerrando rápidamente. Nos insta a responsabilizar a los líderes empresariales, las fundaciones y los legisladores de los compromisos que asumieron.
7. "No necesitamos aliados en el armario".
Tonya nos recuerda que es difícil deconstruir sistemas que no creaste y que los blancos necesitan "hacer el trabajo". La construcción de un Minnesota más justo y equitativo no puede recaer únicamente en manos de los negros y los morenos. Los blancos necesitan aprender, leer y comprender mejor la historia y el trauma de la raza en este país y actuar en los momentos en que más importa.
