El Premio McKnight de Neurobiología de los Trastornos Cerebrales (Premio NBD) ayuda a los científicos que trabajan para aplicar los conocimientos adquiridos a través de la investigación básica a los trastornos del cerebro humano y que demuestran un compromiso con los entornos de laboratorio equitativos e inclusivos.
Cada año se otorgan hasta cuatro premios. Los premios proporcionan $100.000 por año durante tres años. Los fondos se pueden utilizar para una variedad de actividades de investigación. No podrán utilizarse para el salario del destinatario.
Los derechos de propiedad intelectual resultantes de la investigación (incluidas patentes, derechos de autor, procesos o fórmulas) serán derechos de la institución patrocinadora en la medida que lo requieran dichas políticas. La información derivada de la investigación se publicará en una forma que esté disponible para el público interesado y se pondrá a disposición del público de forma no discriminatoria.
Uso de los fondos del premio
Estamos interesados en propuestas que aborden los mecanismos biológicos de los trastornos neurológicos y psiquiátricos. Esto incluye propuestas que brindan información mecanicista sobre las funciones neurológicas a nivel sináptico, celular, molecular, genético o conductual en diferentes especies, incluidos humanos y organismos modelo vertebrados e invertebrados. Una nueva área adicional de interés es la contribución del medio ambiente a los trastornos cerebrales. Estamos particularmente interesados en propuestas que incorporen nuevos enfoques y en aquellas que brinden caminos potenciales para intervenciones terapéuticas. Se fomentan las aplicaciones colaborativas e interdisciplinarias.
Contribuciones ambientales a los trastornos cerebrales
El estrés ambiental en la vida temprana es un poderoso factor de disposición para los trastornos neurológicos y psiquiátricos posteriores. Los estudios muestran que las comunidades de color corren un mayor riesgo de sufrir estos factores estresantes, que van desde el medio ambiente (p. ej., clima, nutrición, exposición a productos químicos, contaminación) hasta el social (p. ej., familia, educación, vivienda, pobreza). Desde una perspectiva clínica, comprender cómo los factores ambientales contribuyen a la enfermedad cerebral es esencial para desarrollar terapias efectivas.
Dado que 2023 es el primer año de este nuevo enfoque adicional, agradecemos las consultas sobre la relevancia de una propuesta de investigación particular para este enfoque.